sábado, 30 de enero de 2016

Preguntando BIEN se llega a Roma

publicado el 30 de Enero del 2016, en la columna "Con peras y manzanas" del Diario de Morelos

Creo que una de las habilidades que son más valiosas en la vida es la de hacer buenas preguntas. Esta idea parte de una de las certezas más absolutas que existen: el conocimiento es el único activo que crece sin límite. Es decir, no importa que tan sabia llegue a ser una entidad, es imposible abarcar todo el conocimiento. Hay un excelente cuento corto de Issac Asimov, “La última pregunta”, que otorga este conocimiento infinito a una computadora. Sin embargo, la idea de encapsular algo sin fin, en un artefacto finito, mantiene la premisa del cuento de Asimov en el terreno de la ficción.
Bueno, pues ante ese infinito desconocido, lo único que nos queda a nosotros los finitos es disminuir nuestra ignorancia haciendo preguntas. Preguntas implícitas, como las que hacemos todos los días al abrir la puerta del closet, que se puede traducir en un: “¿qué me pongo?”; hasta las muy explícitas e igualmente cotidianas: “¿cómo estás?”. Ante nuestra naturaleza necesariamente preguntona, quienes más éxito tienen en esta carrera de la vida, son quienes hacen las mejores preguntas y, además, tienen la perseverancia de seguirlas haciendo hasta conseguir las respuestas adecuadas.
Este viernes tuve la oportunidad de escuchar a dos preguntadores profesionales, ambos reconocidos en sus medios por ser expertos en comunicación, en distintos contextos. A una la escuché en el radio y debo decir que, con preguntas tal malas, ni yendo a bailar a Chalma la buena mujer va a lograr esclarecer algo. A Gerardo, lo escuché preguntar en el Tec de Monterrey y su intervención dio en el clavo. Motivó a su interlocutor a analizar un concepto complejo y a transmitir con gran efectividad la respuesta a un auditorio multidisciplinario. La conductora de radio ganó su reconocimiento profesional basada en la popularidad. Gerardo es un académico, investigador, docente y practicante del arte-ciencia que es la comunicación.

No cabe duda que, así como hay de preguntas a Preguntas, hay de profesionales a Profesionales.

sábado, 16 de enero de 2016

Innovación familiar

publicado el 16 de Enero del 2016, en la columna "Con peras y manzanas" del Diario de Morelos

En estas últimas semanas, muchas familias mexicanas logran reunirse y convivir más tiempo que el resto del año. Esta convivencia intensiva, es un muy buen momento para analizar nuestras relaciones personales con quienes han formado parte de nuestro ecosistema toda la vida. Los festejos de fin de año, son una gran oportunidad para replantear las dinámicas familiares. Esta Nochevieja, por ejemplo, tuve la oportunidad de convivir, además de con mi familiar biológica, con mi familia política y fue sumamente interesante y enriquecedora la experiencia. A diferencia de otros años, en nuestra reunión hubo un sano elemento de sorpresa (les “caímos” al finalizar la cena), y eso nos permitió ser más auténticos y espontáneos. Pasamos más de una hora, a pesar de que sólo pasamos “al abrazo”, comentando las novedades de la noche, rememorando anécdotas del pasado y encontrando temas comunes que en otro contexto no se habían dado.
La innovación organizacional es la implantación de nuevas estructuras organizacionales, de nuevos modelos, o de orientaciones estratégicas novedosas, con el fin de incrementar el éxito de las organizaciones. En este sentido, experimentar con nuevas formas de relación, nos permite abrir puertas distintas y recibir información valiosa de nuestros colaboradores. Tener una cultura organizacional (o familiar), abierta a nuevas experiencias y a la posibilidad de vernos con otros ojos, nos permite conocer mejor a los elementos de la organización. Y, ¿quién sabe? En una de esas aventuras, tal vez encontremos nuevas estrategias organizacionales que promuevan conductas exitosas, así como en el contexto familiar hay la posibilidad de nuevas tradiciones familiares que fortalecen la confianza y el cariño.