Mi madre siempre ha sido gran fan de los
libros de Ágata Christie. En casa teníamos toda la colección y como entre ellos
hay varios compendios de cuentos cortos, desde muy pequeña me aficioné también.
Así que mis maestros detectives, mucho antes que los CSI, fueron Mrs. Marple y
Hércules Poirot, pintorescos personajes que hacían del razonamiento deductivo
un deleite continuo. En las páginas de sus acertijos criminalísticos, aprendí
que para encontrar a los “culpables” era necesario que coincidieran dos
aspectos: el motivo y la oportunidad. No bastaban los celos de un marido
traicionado para exhibir su culpabilidad, era necesario asegurar, más allá de
toda duda razonable, que el buen hombre (o no tan bueno), hubiera tenido la
oportunidad de cometer el crimen. Y de manera inversa, no es suficiente que alguien
careciera de coartada para, sin razón, desaparecer a una buena mujer del
planeta.
Curiosamente, esta dupla de motivo y
oportunidad es necesaria en muchos otros aspectos menos teatrales de la vida.
Para llevar a cabo un negocio exitoso, hace falta estar en el espacio-tiempo
adecuado y tener la motivación mental para que el proyecto suceda. En estos
días, he tenido la oportunidad de convivir con personas que en otras
circunstancias no habría conocido, esto a pesar de que tener colegas y
amistades comunes; es decir, oportunidad no nos había faltado. Sin embargo, no
teníamos razón para avanzar más allá de un saludo o una charla casual, estar en
una reunión temática, nos asegura que todos los que participamos en ella
compartimos además motivo.
Un excelente ejemplo es Ricardo
Gomiciaga. Nos conocimos el lunes y compartimos taxi hacia el almuerzo en un
congreso en la Universidad de Leeds. En el camino charlamos sobre México, sobre
Morelos y resultó que ambos estudiamos en el mismo centro de investigación en
Temixco. Yo sólo una materia del doctorado, él toda la maestría. Las amistades
comunes surgieron en seguida, y encontramos un espacio de reflexión sobre la
aportación que hacen los mexicanos en el mundo de la investigación y el
desarrollo en otras partes del mundo. Un día después, escuchando su
conferencia, encontramos más coincidencias temáticas y la posibilidad de
colaborar en un proyecto de desarrollo tecnológico que, curiosamente, se está
gestando en estos momentos en ese centro de investigación en Temixco.
Para generar innovación exitosa, hace
falta promover la comunicación y buscar que los motivos y las oportunidades
coincidan. Eso se promueve activamente desde México y en particular, desde
Morelos. Es nuestra responsabilidad, como parte del ecosistema de innovación, aprovechar
esas oportunidades y seguir nuestra motivación para que la ciencia, la
tecnología y la innovación sean el pilar de un desarrollo sustentable.
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