Hubo una época en casa en que la pasamos
verdaderamente muy mal económicamente. Incluso llevarnos a la escuela era
complicado; lograr que el Jeep del 45 que teníamos arrancara era toda una
hazaña. Yo iba en la secundaria y recuerdo que cuando le sugería a mis papás
que podía hacer algo para ayudar a la economía familiar como lavar coches,
ellos siempre me respondían, “tú estudia, esa es tu única obligación, sacar
buenas calificaciones”. Y muchas de esas veces, mi mamá añadía que le ayudara
en casa levantando mi tiradero, lavando trastes, hablando menos por teléfono
(en el siglo pasado, las llamadas entre teléfonos fijos costaban por minuto lo
que hoy cuestan las llamas entre celular), o apagando las luces cuando salía de
una habitación. Y tácitamente, me orientaban a no comprar en la tiendita de la
escuela durante el recreo, pues en lugar de darme dinero para el lunch, me
daban fruta o un sándwich.
Aunque parece que México siempre está en
crisis, es innegable que 2015 está siendo un año muy complicado para la
economía mexicana. Aunque el rumbo macroeconómico está fuera del alcance de la
mayoría de nosotros, las decisiones nano económicas
cotidianas nos pueden hacer más llevadera la situación familar, y también así
podemos contribuir con nuestro granito de arena y apoyar a la economía
Nacional. En ese sentido necesitamos: invertir en nuestro futuro y de nuestros
hijos; disminuir nuestros gastos mediante el uso eficiente de los recursos;
optimizar el costo de oportunidad al aplicar de la mejor manera posible la mano
de obra en las labores que está calificada para hacer; y algo que es muy
importante fomentar el contenido nacional, comprando preferentemente aquello
que esté hecho en México.
En
términos económicos, ya en casa me formaban ante la crisis familiar a: invertir
en mi futuro, al estudiar; recortar gastos en el presente, al ahorrar y usar
eficientemente teléfono y luz; optimizar los costos de oportunidad, al apoyar
en las labores del hogar que permitían que mis papás hicieran labores para las
cuales eran los más aptos, como educarnos, ayudarnos con las tareas y elevar el
bienestar de la familia; e incrementar el contenido local, al evitar gastar
recursos en la compra de comida externa que me podían proveer en casa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario