jueves, 25 de octubre de 2012

¡Siento que me cachetean!

publicado el 25 de octubre de 2012, en la columna "Con peras y manzanas" del Diario de Morelos



Mi abuelita, a quien adoré en vida y después, tenía la fórmula para lograr que yo me portara bien.  Bastaba con que me dijera: “Karlita, cuando subes los pies sucios al sofá, ¡siento que me cachetean!”, para que yo me sintiera profundamente triste, le pidiera disculpas y no lo volviera a hacer. Hasta la fecha, incluso en los consultorios dentales, veo como alejo las suelas sucias de los zapatos del descansa pies.
¿Quién no siente que lo cachetean cuando ve una fuga de agua en plena calle, dejando correr el preciado líquido a borbotones?,  o  cuando un vecino inconsciente decide lavar el coche, la banqueta y lo que se atraviese con la manguera a todo lo que da. Sentir que nos cachetean es una mezcla de indignación, impotencia  y hasta vergüenza; todos la conocemos y la hemos sentido ocasionalmente.
Justo eso, que me cachetean, siento todos los días, cuando bajo este cielo despejado y sol esplendoroso, veo derramar continua y abundantemente la fuente de energía más limpia y gratuita posible, la solar.  Vivimos en uno de los estados que recibe mayor radiación solar todo el año. Podríamos abastecer toda la energía que consumimos al calentar agua e iluminar nuestras casas y comercios con instalaciones solares. Y nada. Años van, años vienen, el Sol sigue irradiando a manos llenas y nosotros seguimos desperdiciándolo; gastando en instalaciones que producen energía ineficientemente, contaminando y minando nuestra calidad de vida y la de los hijos de nuestros hijos. 
Apostemos a la energía solar, ya hace tiempo es económicamente viable aprovecharla, sumemos voluntades y transformemos a la que fue la Ciudad de la Eterna Primavera en la capital del Estado del Sol Aprovechado.

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