jueves, 31 de octubre de 2013

Cazando oportunidades

publicado el 24 de octubre de 2013, en la columna "Con peras y manzanas" del Diario de Morelos

La semana pasada todos en la oficina apoyamos un proceso de reclutamiento de personal. Ante una vacante decidimos que era importante conocer el punto de vista, no sólo del jefe inmediato, sino de los colaboradores y de quien dejaría la vacante, acerca de los candidatos al puesto. Así, tuvimos la oportunidad de entrevistar a tres candidatas recién egresadas de la licenciatura. La experiencia me permitió ver el proceso de reclutamiento desde distintos puntos de vista. El principal, alcanzar el objetivo primordial: integrar a un equipo de trabajo de alto rendimiento a un nuevo participante. Interactuar con el equipo, en el rol de reclutadores. También me permitió conocerlos mejor y valorar el compromiso que tienen con la empresa, así como la confianza que demuestran al comunicarse con transparencia y objetividad. Finalmente, pude ver todo el proceso de evaluación de personal desde cinco distintos enfoques.
Todas habían estudiado en la Universidad Politécnica del Estado de Morelos y habían demostrado en su carrera un muy buen desempeño escolar. A pesar de que las tres postulantes tenían personalidades muy distintas, compartían cultura universitaria y una actitud de servicio muy refrescante. Como grupo, coincidamos en que las tres universitarias tenían posibilidades de incorporarse a la compañía. Lo que más nos agradó fue la asertividad con que se conducían y la seguridad en sí mismas. Todas fueron muy puntuales, y se condujeron con propiedad y honestidad durante las entrevistas. Sin duda esta actitud ante la búsqueda de oportunidades laborales es algo que les inculcó la propia universidad, al prepararlas para la vida post-universitaria.
Tal vez hubo una época en que, tener el título de licenciatura era lo único necesario para alcanzar un futuro exitoso, ya no es así. Hoy se requiere no sólo del conocimiento, si no, más importante aún, es necesario contar con un conjunto de competencias, actitudes y habilidades para lograr ser parte de empresas que potencien ese talento joven, lo moldeen y contribuyan a la formación continua de recursos humanos de calidad. Al iniciar la vida profesional es fundamental buscar un balance entre la seguridad económica y la posibilidad de incorporase a empresas y grupos que promuevan la generación de conocimiento. Inculcar en nuestra juventud la importancia de ser generadores de conocimiento en su entorno laboral es una responsabilidad que compartimos los padres de familia, las universidades y quienes buscamos que Morelos sea más competitivo logre integrarse a la sociedad del conocimiento.

jueves, 24 de octubre de 2013

Obligación y actitud

publicado el 24 de octubre de 2013, en la columna "Con peras y manzanas" del Diario de Morelos

Esta semana tuve la oportunidad de interactuar con una oficina gubernamental que a propios y extraños nos genera dolores de cabeza, el SAT. Recordé con gran claridad aquellos comerciales de mi infancia que hablaban de cómo, si no cumplías con tus obligaciones fiscales te verías con Dolores, y si sí lo hacías, te verías con Lolita. Por supuesto que Lolita era personificada por una actriz joven, atractiva, profesional y amable. El mensaje tuvo un gran impacto en la población, pues estoy segura de que todos los cuarentones que leen estas líneas recuerdan el tema de Lolita/Dolores, igual que el del “¡ciérrale!”, o de las bardas que señalaban “si la leche es poca, al niño le toca”, del extinto INPI.

Las ciencias de la comunicación se han enfocado en entender el proceso de transmisión de la información y del impacto de esta transferencia. Hoy más que nunca, ante la importancia que los medios de comunicación tienen en nuestra vida cotidiana esta disciplina del conocimiento cobra relevancia. Incluso, he podido ser testigo en estas casi cuatro décadas de cambios sustanciales en la actitud de algunos servidores públicos, gracias a elementos de comunicación organizacional muy efectivos. Y con esto, regreso al tema del SAT.

Hace veintiocho años, fui a darme de alta como contribuyente para poder extender recibos de honorarios, tenía 16 y quería dar clases de computación en una preparatoria muy conocida y reconocida en Cuernavaca. Mi primer encuentro con el sistema tributario fue de muerte lenta. Encontré pésima actitud, información encriptada, procesos obscuros e inentendibles y lo peor, un espacio en condiciones deplorables, desde la fachada hasta las sillas. Esta semana, pude presenciar todo lo contrario. Me recibió un espacio digno, limpio, bien iluminado; una recepcionista muy amable y eficiente; y finalmente, me atendió una funcionaria paciente, gentil y que conocía al derecho y al revés la plataforma del sistema tributario. Ante mi desorientación total, la Sra. Mandrujano logró enfocarme y resolver mi complicación.


Sin duda esto es un logro de las ciencias sociales y sus tecnologías habilitadoras. En media generación lograron transformar una institución de dolores y obligaciones, a otra de servicio y contribución. Aunque sabemos que falta mucho en materia normativa, saber que las estructuras son orgánicas, dependen de las personas y por lo tanto son susceptibles de mejora gracias al enfoque científico-tecnológico y la innovación en procesos y servicios, es motivo de entusiasmo y esperanza. ¡Sí se puede!

jueves, 17 de octubre de 2013

Una vuelta más al Sol

publicado el 17 de octubre de 2013, en la columna "Con peras y manzanas" del Diario de Morelos

Hace un par de semanas, compré una cafetera. Me ofrecieron la garantía extendida por un año adicional al de fábrica y la acepté sin chistar; pues parece que las cosas que compro tienen un cronómetro interno que se activa al momento de sacar los artefactos de la tienda y justo un año después hace “¡tic!” y dejan de funcionar. Sé que no hay cronómetro, pero efectivamente el tiempo de vida útil de las piezas que componen los equipos está calculado estadísticamente para superar el tiempo de garantía. Pedir una extensión por una fracción del costo es una apuesta muy redituable, estadísticamente hablando. Es muy probable que una o más piezas del aparato dejen de funcionar al terminar la garantía, extenderla no sólo nos ahorra tener que comprar otro, sino le ahorra al planeta su desecho prematuro. Paradójicamente, al comerciar con la vida del aparato, el vendedor tuvo gran cuidado al preguntar mi fecha de nacimiento, necesaria como clave para el trámite, “¿me da su fecha de nacimiento?, ¡sólo día y mes por favor!”. La primera parte fue una pregunta amabilísima y la segunda, llevaba una disculpa implícita, con voz rápida, firme y preocupada por mi percepción a su “intromisión”.
Siempre me han gustado los aniversarios, todos, incluido el de mi nacimiento. “Una vuelta más al Sol”, como le dice mi hija, es un signo de perseverancia, de subsistencia, de constancia. No celebro las garantías vencidas de las cosas que tengo, pero me alegra mucho contar el tiempo que llevan conmigo. No por las vueltas al Sol, sino como detonadores de recuerdos de experiencias gratas. Creo que, si lo único que un aniversario detona en la memoria es que han pasado 365 días desde el último, ¡mala tarde!, mejor no celebrarlo... ¡de ahí pa’l real!
La semana próxima la comunidad Científico-Tecnológica se viste de gala, la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología se celebra por 20ª ocasión; y en ese marco en Morelos celebramos la 7ª Jornada Estatal de Ciencia, Tecnología e Innovación. Un reconocimiento a los organizadores actuales y anteriores. Muy particularmente a Nora, Jaime, Oscar e Irma, quienes desde el siglo pasado con gran perseverancia y paciencia lograron vincular a los sectores académico, gubernamental y privado en esta iniciativa de difusión de la CTI. Gracias a Jonathan, Leoncio, Paty, Susy, Sayra, Yair y Marisol entre otros, que lograron a principios de este siglo mover y entusiasmar a niños y jóvenes.

Esta tercera semana de octubre celebramos a ese equipo de impulsores que año con año, vuelta a vuelta, han logrado que la Ciencia, la Tecnología y la Innovación formen parte de la vida de niños, jóvenes y adultos en todo nuestro Estado. La marca que nos han dejado es indeleble, ¡Feliz Aniversario!

jueves, 10 de octubre de 2013

Del dicho al hecho

publicado el 10 de octubre de 2013, en la columna "Con peras y manzanas" del Diario de Morelos

Hace una vida, un exjefe me contó una anécdota que marcó mi forma de ver la dedicación a una tarea. La historia dice que una dama de la aristocracia, al asistir a un concierto de un virtuoso del violín, maravillada ante la experiencia de escucharlo exclamó, “es usted extraordinario, yo daría la vida entera para tocar el violín así”. Ante esa declaración de admiración el virtuoso contestó, “Querida señora, yo la he dado”. La contundencia de una respuesta así, siempre me emociona y asombra. Sabemos todos que “la práctica hace al maestro”, sin embargo, leer anécdotas así nos transmite con un toque de melancolía y sorpresa lo que la dedicación y el entrenamiento continuo producen.
Como he compartido en varias ocasiones, tengo actualmente el privilegio de dirigir una empresa que se dedica a la gestión de innovación y transferencia tecnológica. Veo todos los días académicos distinguidos, exitosos en sus áreas, que generan conocimiento y van despejando incógnitas e incertidumbres todos los días. Sé que todos ellos han dedicado su vida a la investigación y que si han logrado prestigio en sus campos de estudio es, precisamente, gracias a ese compromiso con sus “instrumentos”.
Hace unos días, leí la convocatoria que hace el Gobierno Estatal, por conducto de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, para que jóvenes universitarios propongan protocolos de investigación en el marco del programa “Primer encuentro de jóvenes investigadores”. Leer este tipo de llamados a la comunidad universitaria me ilumina el rostro y el ánimo, justo así se inicia la dedicación vitalicia a una causa. Y, ¿qué mejor causa hay que la de encontrar maneras en que la Ciencia, la Tecnología y la Innovación contribuyan al desarrollo de nuestro entorno de manera sustentable?

Los virtuosos de mañana ya están, as we speak, dedicando sus vidas a la investigación, convocatorias como esta son fundamentales para la detección de vocaciones, su fomento y consolidación. Transitar del dicho al hecho empieza así, respondiendo a estos llamados con el entusiasmo y la pasión de aquél violinista.

jueves, 3 de octubre de 2013

Hoy, ¡no vas a comer!

publicado el 03 de octubre de 2013, en la columna "Con peras y manzanas" del Diario de Morelos

Mi familia llegó a Cuernavaca hace 38 años. Me tocó ser la niña nueva que entra a medio ciclo escolar en 2º de primaria y, afortunadamente, logré hacer amigos rápidamente. Recuerdo con gran cariño a Adriana Celis, que me recibió con brazos abiertos y con gran entusiasmo me invitaba todas las semanas a comer a su casa. Sin embargo, en mi familia había que seguir todo un protocolo para aceptar una invitación. Después de un par de meses, logré que nuestras madres hablaran por teléfono, conversaran, intercambiaran direcciones y simpatizaran, cumpliendo así los requisitos familiares para poder aceptar la invitación de Adriana. Toda la semana hicimos planes sobre lo mucho que nos divertiríamos en su casa. La mañana del Gran Día, al mostrar mi boleta de inglés para firma de mis padres, me pusieron como chancla por haber reprobado Grammar y Spelling, y justo antes de que subiera al transporte mi mamá me dijo “y de castigo, hoy, ¡no vas a comer!”. Yo he sido de buen diente toda la vida y el castigo me cayó como balde de agua fría. Así que, muy obedientemente me fui con la mamá de Adriana a su casa y no comí un solo bocado… hasta que llegó mi madre por mí, muerta del susto y del coraje.

El contexto es fundamental para lograr entendernos unos a otros. Lo que en un ambiente puede tener una interpretación y un alcance muy claro, en otro puede ser totalmente distinto. La labor de quienes hacemos vinculación y transferencia tecnológica justo es lograr homologar contextos, para que la comunicación entre las partes sea fluida y efectiva. Como hemos comentado en otras ocasiones, no sólo se trata de ser intérprete de sectores distintos, sino también de generar un entorno que facilite la colaboración y el entendimiento. La homologación de contextos no suele ser total y, para esos casos, necesitamos explicitar con lujo de detalles los conceptos y acuerdos, incluso en lo aparentemente obvio. Pues lo que “por sabido se calla” en un entorno, en otro puede no ser sabido, ni callable.

Para Karlita, la de buen diente, no comer era un castigo duro y justo para la falta de haber fallado en 2 materias. Para Graciela, su mamá, el premio de dar permiso para ir a casa de la amiga era inmerecido ante la misma falta. A una le pareció obvio obedecer a “no comer”, a la otra le pareció superfluo añadir “a casa de Adriana”.


En temas de gestión de innovación tecnológica no se puede dejar al contexto de las partes la negociación de alcances, presupuestos y objetivos, es necesario explicitar y comprender a cabalidad las propuestas de todos los involucrados.