En los últimos 20 años, me he
podido dar cuenta de cuántos estudiantes universitarios no logran
titularse “por culpa de la tesis”. Debo confesar que a mí
también me pareció un martirio el proceso de escribir una tesis las
tres veces que lo emprendí. He visto como personas brillantes,
disciplinadas y hasta cierto punto motivadas, no logran avanzar en el
proceso. Y esto sucede desde el nivel de licenciatura hasta el de
doctorado. En mi caso, aún recuerdo la sensación de frustración
cuando mis asesores me cuestionaban sobre “la pregunta de
investigación”. O cuando, más adelante en el proceso, me
increpaban para que “escribiera la historia”. ¿Cuál pregunta?
¿Cuál historia?
La teoría
dice que en nivel medio superior (prepa o bachillerato), deberíamos
llevar una materia donde por lo menos nos enseñen Metodología de la
Investigación. Debo confesar que yo cursé una materia con ese
nombre donde, por razones de “fuerza mayor”, llevé Metodología
de la Lectura. Algunos de mis compañeros y, 24 años después, mi
hija, llevaron la materia correcta, con un libro de texto bastante
aburridón, escrito por un grupo de profesores de preparatoria, en
lugar de por investigadores profesionales; de esos que viven de
revisar el estado del arte, plantearse preguntas de investigación,
hacer experimentos, reportar resultados y de esta forma, contribuir
al conocimiento y al entender mejor el mundo que nos rodea.
Hace quince días recibí la
invitación de Enrique Galindo, investigador y tecnólogo del
Instituto de Biotecnología de la UNAM Campus Morelos, a la
presentación de su libro “El que hacer de la ciencia experimental:
una guía práctica para investigar y reportar resultados en las
ciencias naturales”. Recordé entonces que, además de ser
investigador profesional, Enrique ha sido maestro de preparatoria de
la materia “Metodología de la Investigación”, radica en Morelos
y es un entusiasta divulgador de ciencia, tecnología e innovación.
Comparto la invitación para conocer la guía este jueves 16 a las
18:00, convencida de que integrar el pensamiento científico a la
vida cotidiana de todos hará que otro Morelos sea posible.
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