jueves, 20 de junio de 2013

El remedio y el trapito

publicado el 20 de junio de 2013, en la columna "Con peras y manzanas" del Diario de Morelos

En el hogar de mi infancia siempre había visitas. No recuerdo fin de semana sin que nos cayera “La chata”, “Capeto” o “Pera” a visitar a mi abuelita. Solían ir con ella, que había sido su jefa años atrás, por consejos sobre su vida privada. Mi abuelita Lola era una especie de “Don Corleone” del corazón. Era también cosa de todos los fines de semana que mi abuela comentara lo poco que le hacían caso, al decirnos “¡Ah que mujer!, quiere además el remedio y el trapito, ¡qué barbaridad!”
Desde hace tiempo sabemos que los seres humanos somos miembros de la especie Homo sapiens. Es decir, somos una especie más del reino animal (como simplistamente nos lo explican en la primaria). Sin embargo, también sabemos que a pesar de nuestra similitud genética con el resto de los primates, mayor al 90%, nuestro desarrollo social es muy diferente. Esto parte de nuestra habilidad para comunicarnos. La comunicación tácita y explícita que sostenemos entre nosotros nos permite transferir conocimiento muy eficientemente, no sólo en tiempo real, sino también a través del tiempo, gracias a la palabra escrita.
Hemos además, organizado el conocimiento de tal manera que utilizando símbolos o códigos podemos transferir conceptos complejísimos encriptados en lenguajes por disciplina, y que son altamente independientes del idioma que hablemos. Así, los matemáticos, químicos, antropólogos, empresarios o administradores, se entienden con gran eficiencia, pues en una fórmula o un concepto empaquetan bloques de información, permitiendo una adopción más rápida del conocimiento. Es claro que, para la construcción de conocimiento nuevo, es necesario compartirlo y para esto la comunicación es fundamental. Un comunicación clara, precisa y veraz, asegura una mejor transferencia de conocimiento.
¿Cómo lograr esa claridad, precisión y veracidad entre pares al establecer canales de comunicación? ¿Cómo asegurar una comunicación efectiva entre individuos y grupos? El primer paso es establecer relaciones de confianza. Esto es, sin duda, el elemento necesario para lograr comunicarnos de manera efectiva y eficiente.

Ganarnos la confianza del otro se convierte así en un tema fundamental para el trabajo enfocado de equipos. Y si además, estos equipos son multidisciplinarios e interinstitucionales, como en los proyectos de innovación tecnológica, el proceso no es inmediato, requiere de acompañantes que inviertan experiencia y recursos para moderar un entorno que promueva la confianza entre todos y la comunicación clara y efectiva. En Morelos contamos no sólo con expertos científicos dispuestos a transferir conocimiento, sino también con acompañantes/moderadores que incrementan las posibilidades de éxito de los proyectos de innovación tecnológica, tenemos “el remedio y el trapito”, sólo hay que aplicarlo para lograr transformarnos en una región competitiva. 

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