jueves, 12 de diciembre de 2013

Aunque Ud. no lo crea…

publicado el 12  de diciembre de 2013, en la columna "Con peras y manzanas" del Diario de Morelos

Cuando era niña, entre los programas de televisión más populares estaba el de “Ripley, aunque Ud. no lo crea…”. En él se exponían hechos, personajes y situaciones “peculiares” de todo tipo. Eran tan peculiares e inverosímiles que se ganaban bien la incredulidad del título. Recuerdo bien que varios compañeros pasábamos medio recreo discutiendo, crédulos vs. incrédulos, sobre la veracidad de los sucesos.
Cuando empecé a conocer a la comunidad científico-tecnológica de Morelos, me di cuenta del gran tesoro que tenemos en nuestro estado. Contamos con la mayor concentración de científicos per cápita del país, responsables del 10% de la producción científica de México. Esto es, no sólo son muchos, sino que son muy buenos. Y por si fuera poco, la comunidad académica es tan diversa, que se estudian desde las matemáticas, hasta las humanidades, pasando por todas las áreas de las ciencias. Además, es una comunidad que está organizada interinstitucionalmente en tres Academias, la de Ciencias, la de Ingeniería y la de Ciencias Sociales y Humanidades; y estas Academias a su vez, colaboran entre sí y se organizan para colaborar con gobierno, empresa y sociedad.
Durante los últimos 20 años, esta comunidad científico-tecnológica ha buscado y encontrado alternativas creativas para apoyar el desarrollo sustentable de Morelos. Sin duda este es un capital fundamental para lograr construir la sociedad a la que aspiramos. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos que tantos han emprendido, y siguen emprendiendo, para integrar este capital a diversas áreas de desarrollo en el estado, todavía hay un gran desconocimiento de esta fortaleza. Sólo hay que consultar los medios de comunicación locales, prensa, radio y televisión, para ver que todos los días hay contribuciones de la comunidad académica a la sociedad. Ya sea en proyectos específicos con el sector industrial, como en propuestas concretas de políticas públicas, o en posturas académicas ante problemáticas cotidianas como la minería a tajo abierto, el cambio climático, la contaminación ambiental o el dengue.

Morelos cuenta con el activo más valioso en esta era del conocimiento, una comunidad académica sólida, involucrada, colaborativa y dispuesta a invertir en la generación de proyectos, programas y políticas. Si alguna entidad federativa puede ser ejemplo nacional de lo que la Ciencia, la Tecnología y la Innovación pueden hacer por México, es Morelos… aunque Ud. no lo crea.

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