jueves, 26 de junio de 2014

Invención, necesidad y oportunidad

publicado el 26 de junio de 2014, en la columna "Con peras y manzanas" del Diario de Morelos


En un viaje familiar hace 30 años conversábamos sobre emprendimiento e innovación.
-Papi, le conté a mi equipo lo que me platicaste de las alegrías, que están hechas de amaranto y son ricas en proteínas. Vimos que con su harina podemos hacer galletas, pasteles o hasta tortillas. Les encantó la idea y vamos a poner un negocio de productos de amaranto, para el proyecto de Programa Emprendor.
-¿No es más fácil hacer otra cosa? Porque las alegrías son riquísimas, pero eso de hacer pan con ellas…- comentó mi mamá.
-Mamá, ¡no voy a lavar coches, o hacer tortas! ¿Te imaginas? Debemos hacer algo diferente, novedoso…
-Mmmm, Karlita, yo creo que tu madre tiene razón. Eso del procesamiento se les puede complicar. Mejor te doy otra idea, de un producto que seguro va a ser un exitazo, no está nada complicado y además de sacar buena calificación, hasta negocio puedes hacer.-interrumpió mi papá.
-Papi, ¿mejor que el amaranto “el alimento del futuro”?
-Sí, mil veces mejor. Mira, ¿ves como el agua del D.F. sabe a cloro, o la de Acapulco a mar?
-Sí papá, saben horrible no como la de aquí. Todo mundo dice eso. Pero que, ¿quieres que inventemos algo que le quite el sabor al agua chilanga o acapulqueña?
-No, no, ¿cómo crees? Eso es complicadísimo. Lo que deben hacer es embotellar agua.
-Carlos, ya hay agua en botellones de vidrio. La venden desde hace años y no va a comprar la gente una marca distinta sólo porque es de Cuernavaca.- dijo mi mamá.
-No Graciela, no en botellones. En botellas, así como las de refresco.
-Papi, agua en botellas, va salir carísimo: las botellas de vidrio, el rollo de las corcholatas… agua de Cuernavaca… ¡Pa’ en serio!
-Bueno imagínate una botella de plástico, como las de shampoo, con agua de Cuernavaca.
-No papi, ahora si no te mediste.  Agua embotellada, botellas de plástico… está eso peor que las tortas… ¿Quién va a comprar agua natural, así de pozo, embotellada, para tomársela en una sentada?
-Carlos, no confundas a tu hija –contestó mi mamá –eso del amaranto está bien, además le va a dar el aire con la excursión, a ver si se despega de la tele. Ya es hora que se aleje de la pantalla y se active.
-¿Ya oíste a mi papá, Carlitos? –le pregunté a mi hermano que ya daba muestras de vida –quiere venderle agua de Cuernavaca a los chilangos, en botellas como las de coca-cola, pero de plástico. –dije entre risas disimuladas.
-¿Agua de la llave? Pero si ni sabe a nada. –respondió mi hermano que a sus escasos 10 años podía ver lo absurdo de la idea de mi padre.
-Bueno, fue solo una idea, tampoco es para tanto, ahí muere, ahí muere. –comentó mi papá, rojo de la pena por haber dicho algo tan descabellado.   
La innovación no sólo depende de generar ideas nuevas, para que suceda es necesario que una invención satisfaga una necesidad del mercado y exista una oportunidad de negocio. La planeación prospectiva permite anticipar necesidades futuras y de esta forma, ideas que son descabelladas un día, años después son parte de nuestra vida cotidiana, como el agua natural embotellada.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario