jueves, 4 de julio de 2013

Turing XY

publicado el 4 de julio de 2013, en la columna "Con peras y manzanas" del Diario de Morelos


En 1950, Alan Turing, el padre de las ciencias computacionales y la inteligencia artificial, propuso una prueba para evaluar la capacidad de una computadora de mostrar comportamiento inteligente, equivalente a la de un ser humano. En este ejercicio, un evaluador humano sostiene una conversación por escrito, pero en lenguaje cotidiano (mediante un teclado y pantalla) con dos entidades a las que no puede ver. Una entidad es una persona y la otra es una computadora que haya sido diseñada para mostrar comportamiento humano. Si el evaluador no es capaz de distinguir cuál de las entidades es la persona y cuál es la computadora, se considera que la computadora pasó la prueba. La evaluación no es sobre la cantidad de información, ni sobre la velocidad de respuesta, es únicamente sobre el comportamiento, el tipo de respuesta, y la interacción “social” entre evaluador y evaluado. El evaluador, al no poder ver quién le responde, se podría decir que es “ciego a la composición” de sus entrevistados y no debe poder distinguir quien es un ser de Carbono o de Silicio.
El tema de la equidad sexual es parte de lo que vivimos todos los días. Desde el famoso “niñas y niños” de Fox, hasta la controversia por las cuotas de género en cargos públicos. Incluso es tema el correcto uso de los términos: “equidad de género” o “equidad sexual”. A este respecto Mariana Bestard, una colaboradora antropóloga, me convenció de que si vamos a hablar de género, entonces el tema trasciende al sexo cromosómico e incluye al transgénero también.

En 2004, mientras organizábamos un evento para reconocer a científicas destacadas radicadas en Morelos, Xavier Soberón, entonces director del IBt, me comentó que su visión al colaborar con sus colegas era “ciega al género”, y el concepto me encantó. El día en que podamos renunciar, como sociedad en su conjunto, a las acciones afirmativas en pro de las mujeres, porque ya no hagan falta; cuando realmente estén en las posiciones de poder, toma de decisiones y desarrollo profesional las personas más calificadas, y su composición cromosómica, no sea un factor (en contra o a favor); cuando al evaluar a otra persona lo hagamos con el criterio de Turing, sólo por el comportamiento, el tipo de respuesta, y la interacción social, con total “ceguera al género”, ese día podremos hablar de una comunidad libre progresista y madura.  

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