Mi familia llegó a Cuernavaca hace 38
años. Me tocó ser la niña nueva que entra a medio ciclo escolar en
2º de primaria y, afortunadamente, logré hacer amigos rápidamente.
Recuerdo con gran cariño a Adriana Celis, que me recibió con brazos
abiertos y con gran entusiasmo me invitaba todas las semanas a comer
a su casa. Sin embargo, en mi familia había que seguir todo un
protocolo para aceptar una invitación. Después de un par de meses,
logré que nuestras madres hablaran por teléfono, conversaran,
intercambiaran direcciones y simpatizaran, cumpliendo así los
requisitos familiares para poder aceptar la invitación de Adriana.
Toda la semana hicimos planes sobre lo mucho que nos divertiríamos
en su casa. La mañana del Gran Día, al mostrar mi boleta de inglés
para firma de mis padres, me pusieron como chancla por haber
reprobado Grammar y Spelling, y justo antes de que
subiera al transporte mi mamá me dijo “y de castigo, hoy, ¡no vas
a comer!”. Yo he sido de buen diente toda la vida y el castigo me
cayó como balde de agua fría. Así que, muy obedientemente me fui
con la mamá de Adriana a su casa y no comí un solo bocado… hasta
que llegó mi madre por mí, muerta del susto y del coraje.
El contexto es fundamental para lograr
entendernos unos a otros. Lo que en un ambiente puede tener una
interpretación y un alcance muy claro, en otro puede ser totalmente
distinto. La labor de quienes hacemos vinculación y transferencia
tecnológica justo es lograr homologar contextos, para que la
comunicación entre las partes sea fluida y efectiva. Como hemos
comentado en otras ocasiones, no sólo se trata de ser intérprete de
sectores distintos, sino también de generar un entorno que facilite
la colaboración y el entendimiento. La homologación de contextos no
suele ser total y, para esos casos, necesitamos explicitar con lujo
de detalles los conceptos y acuerdos, incluso en lo aparentemente
obvio. Pues lo que “por sabido se calla” en un entorno, en otro
puede no ser sabido, ni callable.
Para Karlita, la de buen diente, no
comer era un castigo duro y justo para la falta de haber fallado en 2
materias. Para Graciela, su mamá, el premio de dar permiso para ir a
casa de la amiga era inmerecido ante la misma falta. A una le pareció
obvio obedecer a “no comer”, a la otra le pareció superfluo
añadir “a casa de Adriana”.
En temas de gestión de innovación
tecnológica no se puede dejar al contexto de las partes la
negociación de alcances, presupuestos y objetivos, es necesario
explicitar y comprender a cabalidad las propuestas de todos los
involucrados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario