jueves, 27 de diciembre de 2012

Un asunto de madurez

publicado el 20 de diciembre de 2012, en la columna "Con peras y manzanas" del Diario de Morelos


Estamos acostumbrados a medir nuestra edad según el número de vueltas que nuestro bello planeta da alrededor del Sol. Así, a las 6 vueltas cumplidas se considera en nuestro país que tenemos la madurez suficiente para entrar a la primaria. Doce vueltas más y estamos en edad de votar y legalmente de comprar y consumir alcohol, tabaco y hasta de casarnos. Sin embargo, todos sabemos bien que la madurez es un indicador mucho más complejo que el número de noches que hemos dormido bajo cielo estrellado. Soy de las que piensan que la madurez es un proceso que se relaciona con la capacidad de tomar decisiones informadas e independientes. Y bajo esa convicción he visto crecer a mi hija, a mis amistades, conocidos e incluso a mí misma.
Así, aunque me encanta recibir y dar regalos en los cumpleaños, considero que las decisiones que tomamos son mejor medida de nuestro crecimiento como personas. Y por esta mista razón además de valorar la libertad con que una persona toma decisiones, creo que es fundamental que, además de informadas, las decisiones tengan perspectiva sustentable y que quien las toma lo haga con un claro sentido de responsabilidad consciente (que es como yo traduzco accountability).
Como sociedad, tomamos decisiones todo el tiempo, no sólo al emitir el sufragio en tiempos electorales, sino más importante y trascendente, al elegir productos o servicios en el día a día. Desde esta perspectiva las sociedades más maduras, logran tomar decisiones en pro del bien común y de la sustentabilidad. Una sociedad que elige transportarse en vehículos de bajo consumo energético, híbridos o eléctricos, es muestra de un conjunto de individuos que toman decisiones cotidianas al invertir en sistemas de transportación personal o colectiva con visión sustentable.  Esto es madurez social, entender que hay un balance delicado entre lo social, económico, ambienta e institucional, y tomar decisiones en consecuencia.
Optar por apoyar la inversión personal y pública en energía renovable también es un asunto de madurez. Tenemos el conocimiento para instalar sistemas rentables para generación de energía usando fuentes renovables, sólo hace falta que hagamos gala de madurez e invirtamos tiempo, dinero y voluntad en lograr un entorno sustentable en casa y en nuestro Estado.

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