Estamos acostumbrados a medir nuestra edad
según el número de vueltas que nuestro bello planeta da alrededor del Sol. Así,
a las 6 vueltas cumplidas se considera en nuestro país que tenemos la madurez
suficiente para entrar a la primaria. Doce vueltas más y estamos en edad de
votar y legalmente de comprar y consumir alcohol, tabaco y hasta de casarnos.
Sin embargo, todos sabemos bien que la madurez es un indicador mucho más
complejo que el número de noches que hemos dormido bajo cielo estrellado. Soy
de las que piensan que la madurez es un proceso que se relaciona con la capacidad
de tomar decisiones informadas e independientes. Y bajo esa convicción he visto
crecer a mi hija, a mis amistades, conocidos e incluso a mí misma.
Así, aunque me encanta recibir y dar
regalos en los cumpleaños, considero que las decisiones que tomamos son mejor
medida de nuestro crecimiento como personas. Y por esta mista razón además de
valorar la libertad con que una persona toma decisiones, creo que es
fundamental que, además de informadas, las decisiones tengan perspectiva
sustentable y que quien las toma lo haga con un claro sentido de
responsabilidad consciente (que es como yo traduzco accountability).
Como sociedad, tomamos decisiones todo el
tiempo, no sólo al emitir el sufragio en tiempos electorales, sino más
importante y trascendente, al elegir productos o servicios en el día a día.
Desde esta perspectiva las sociedades más maduras, logran tomar decisiones en
pro del bien común y de la sustentabilidad. Una sociedad que elige
transportarse en vehículos de bajo consumo energético, híbridos o eléctricos,
es muestra de un conjunto de individuos que toman decisiones cotidianas al
invertir en sistemas de transportación personal o colectiva con visión
sustentable. Esto es madurez social,
entender que hay un balance delicado entre lo social, económico, ambienta e
institucional, y tomar decisiones en consecuencia.
Optar por apoyar la inversión personal y
pública en energía renovable también es un asunto de madurez. Tenemos el
conocimiento para instalar sistemas rentables para generación de energía usando
fuentes renovables, sólo hace falta que hagamos gala de madurez e invirtamos
tiempo, dinero y voluntad en lograr un entorno sustentable en casa y en nuestro
Estado.
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