lunes, 14 de enero de 2013

Peras y Manzanas

publicado en conjunto con Agustín López-Munguía en "Ciencia y Ficción" en junio 2009



No entendemos esa manía de la gente de querer explicarlo todo con peras y manzanas. Nos parece un modelo bastante limitado, máxime si a priori hay que incluirlas a ambas. Y es que ya de entrada peras y manzanas solo se pueden sumar, restar, multiplicar o dividir, en su calidad de frutas, más no en su carácter individual de pertas y manzanas. Es decir, 10 peras y 5 manzanas solo pueden resultar en 15 frutas, mas no en 15 peras ni en 15 manzanas, de acuerdo con una aplicación de este modelo que nos fue enseñada por allá del primer tercio de la escuela primaria. Hoy en día un niño precoz quizás refutaría esta limitante haciendo uso de la biología molecular (y de su fantasía),  para platear que la suma si podría efectuarse si el material genético de peras y manzanas se combina y se obtienen 15 peranzanas (o manzeras) de un árbol transgénico. 

Pero transgénicos aparte, como consecuencia de la imposibilidad de mezclar peras con manzanas, origen del refrán: “no mezcles peras con manzanas” que data de aquellos tiempos en que los árabes empezaron a hacer sumas,  las que salieron ganando fueron las manzanas y las peras pasaron a ser como algo indeseable que no había que poner junto a las manzanas. Así son muy numerosas las manzanas famosas en la historia: Guillermo Tell demostró su puntería con el arco tirando la flecha sobre una manzana, aunque el reto hubiera sido mayor poniendo una pera en la cabeza de aquel niño y la malvada bruja del cuento de Charles Parrault tampoco mezcló peras entre las manzanas que ofreció a la bella durmiente y la diosa griega de la discordia, Eris, mandó la famosa manzana a la fiesta a la que no fue invitada,  dirigida a “la doncella más bella”, armando una celestial discordia entre Era, Atenea y Afrodita por la susodicha manzana. No hay por lo mismo una pera de la discordia. Y sin duda eso explica porque Newton decidió reposar cerca de un manzano y no de un peral, cuando inspirado, esperaba la caída de un fruto para explicarnos como era aquello de la ley de gravedad. Poniéndonos metafísicos es quizás también por eso que el Creador –en la voz del redactor del Génesis- solo prohibió las manzanas a sus dos primeros pobladores, y se abstuvo de complicarles la existencia con las peras. ¿Para qué las peras?, mejor se los explico sólo con manzanas- sin duda reflexionó el Creador. -Al final de cuentas ellos no necesitan ni peras ni manzanas para explicar las cosas, pues no hay nadie a quien explicarle algo- Debieron pasar muchos años para que Ana Botella, quizás inspirada en el mismo pasaje bíblico nos explicara:  si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta (Wikiquote, 2004).  Ana, es la esposa del ex-presidente del gobierno español, José María Aznar y concejala de medio ambiente del ayuntamiento de Madrid, y la cita ya no deja dudas sobre el resultado del matrimonio entre personas del mismo sexo.  Esta cita debería de ubicarse dentro de los más exitosos ejemplos del uso de las peras y las manzanas para explicarse las cosas de la vida.

Por estos antecedentes, cuando los autores de este texto decidimos entrarle a la tarea del editor de usar las peras y las manzanas para introducir los textos de divulgación  “se nos vino el santo al cielo”. Sentados en un café maldecíamos al editor, enviándole ajos y cebollas (seguidas de peras y manzanas que deben pegar mas duro)  consternados sobre nuestra falta de inspiración para disertar sobre las susodichas frutas.

-¿Otro café?- nos ofreció la mesera.

-Si, pero con leche light y con un sobrecito de sucralosa- pidió ella. -Estoy echa una pera-, agregó, sonrojada cual manzana. -Creo que tengo que ponerme a dieta.

-No creo -le contesté.-Debes medir por ahí de 1.70 m y tu peso no debe ser mayor de unos 60Kg, por lo que de acuerdo con el famoso “índice de masa corporal” (IMC) que resulta de dividir tus 60Kg entre tu altura al cuadrado (1.70 * 1.70 =2.89),  debes tener un IMC de 20.76 lo cual te coloca dentro del grupo de gente sana de la cual ya solo queda aproximadamente 1/3 en el país. Las 2/3 partes de la población o bien están dentro de un nivel de IMC que podría considerarse riesgoso (mayor de 25) o tienen sobrepeso (IMC mayor de 30) o de plano están dentro de la población obesa (IMC > 40).

-Pero ya dentro de los obesos los hay que parecen peras y los hay que manzanas, ¿no?

-O estufas -agregué pensando en mi tía Gloria.– Para ellos existe otro parámetro que se denomina “índice de cintura-cadera” (ICC) y pues esta fácil por que sólo tienes que medir con una cinta cuantos centímetros tienes de cintura, pasando la cinta a la altura del ombligo y lo dividirlo entre lo que tienes de cadera, pasándola en la zona más amplia de tu… trasero.

-Mejor volvamos a las manzanas y a Newton- replicó ella, -no me esta gustando este tema de divulgación.

-Pero es que justamente, ahí encajan peras y manzanas: los hombres tienden a valores de ICC de manzanas (0.78-0.93), mientras que en las mujeres, el ICC se asemeja más al de una pera (0.71-0.84), es decir el perímetro de la cadera más largo que el de la cintura. Bueno, esto cuando se gana peso y el individuo se adentra en los terrenos de la obesidad: conforme se van ganando kilos, las diferencias se hacen muy notables, y ciertos lugares, donde se acumula la grasa, crecen aún más. En los hombres a fuerza de cerveza y tacos de cochinita, va aumentando la barriga, y tienden a una obesidad en forma de manzana, mientras que los pastelillos y chocolates, aumentan en las mujeres las llamadas cartucheras lo que lleva a una obesidad en forma de pera.

-Tu tía Gloria debe estar cercana al ICC de uno, ¿verdad?

-Pues si, aunque en esa familia, más que peras y manzanas habría que hablar de estufas y refrigeradores, que son casos de manzanas ya muy sofisticadas. En general, la obesidad tipo manzana, viene siendo más peligrosa que la tipo pera, para cambiarle un poco el tono al artículo, que empezó muy favorable para las manzanas, no? Por mucho que estemos acostumbrados a la manzana como símbolo de salud, en estos casos, la realidad es muy diferente. La obesidad, que como vemos tiene que ver con el IMC pero también el perímetro de la cintura y la cadera, aumenta dramáticamente el riesgo de enfermedades tales como las cardiovasculares, la hipertensión arterial, el infarto de miocardio, la diabetes Tipo II, la apnea del sueño, entre otras.

-Aunque es un hecho que un obeso que no se cuida, aunque empiece con forma de pera, terminará con el tiempo desarrollando una obesidad en forma de manzana, ya sea mujer u hombre – agregó ella, al tiempo que ingería el último pedazo de browny con helado de vainilla.

-Creo que deberías aumentar las peras y las manzanas en tu dieta- Sabías que el mundo produjo en el 2007 unos 47 millones de toneladas de manzanas, mientras que de peras apenas unos 17 millones de toneladas? 

-¿Y eso es mucho?

-Bueno, pues si divides los 47millones de toneladas entre los 6,700 millones de habitantes que hay en el planeta eso nos da como a unos 7Kg de manzanas y 2.5Kg de peras al año por cada terrícol. Poco, ¿no?

-Si, muy poco, sobretodo considerando que hay países donde se come muy poca fruta, generalmente ubicados en el hemisferio sur, mientras que los que más consumen se ubican en el 
hemisferio norte. Y entonces me aventó un torito: -¿Sabes donde se producen más manzanas?

-¿En Zacatlán de las manzanas? – Contesté, mitad en serio, mitad en broma.

-No que va- dijo riendo. -La mitad de esa fruta la producen los chinos, aunque como es de suponer, se comen buena parte de lo que producen, y eso no se explica con peras y manzanas, sino con hambre. Chile e Italia son países que exportan mucha manzana y Argentina mucha pera. Y mas del 30% de las manzanas se industrializan contra solo el 10% de las peras y mas de la mitad de las manzanas que entran a una fábrica se destinan a hacer jugo.

-¿Sabes que?- comentó ella después de reflexionar unos instantes sobre toda esta información. 

-Voy a inventar la dieta de la “Pera y la Manzana”- Tendrá efectos en la salud igual o más poderosos que las dieta de la luna, la de la sangre, la del Orozco o la de Atkins. Consistirá en un vaso de jugo de pera seguido de otro de manzana cada hora durante todo el día. 

No sabía si bromeaba, por lo que comenté: -¿sabes cuanta azúcar es eso? Aproximadamente 24 gramos de azúcar del jugo de manzana y otros 38 del de pera.  ¡Más de 215 calorías por hora! Si pasaras 8 horas durmiendo, consumirías sólo de jugo 3,440 calorías. Y como para alguien con tus caractéristicas de edad, peso y actividad física, mantenerte en tu peso se traduce en 1,800 calorías diarias… pues nada más estarías consumiendo 1,640 calorías en exceso al día. 11,480 a la semana, y en un mes 45,920, o lo que es lo mismo, 5 kilos de grasa extra, ¡en un mes!  Y nada más, por diversión, imagínate 1 barrita de mantequilla, esas son de 125 gramos, 8 son un kilo y CUARENTA barritas de mantequilla serían el resultado de tu super-dieta de la pera y la manzana.  No, ingeniera, que bueno que la nutrición no es lo tuyo.

-Oye, oye, no seré nutrióloga, pero sé que todo, en exceso es perjudicial.  Además no olvido cómo durante mi embarazo, para cuidarme, decidí sustituir el refreso por el jugo (de naranja, pero jugo al fin) y la botana ocasional por unas manzanitas.  En un mes, subí lo que debía subir en cuatro. 

-Insisto, que bueno que te dedicas a… a… ¡a lo que te dediques! Pero ciertamente no a la nutrición. 

-Ja ja ja, sí, soy mejor explicando con peras y manzanas, que calculando su contenido calórico. Aunque, ya entrados en gastos, ¿sabías que el famoso dicho de “an apple a day keeps the doctor away”, no se basa en su contenido nutrimental?

 -Pero no calcules todo sobre azúcares y grasas, recuerda que las peras y las manzanas tienen un importante contenido de minerales y vitaminas.

-Pues ni tan importante. Resulta que según la recomendación de ingesta diaria, para una dieta de 2,000 calorías una pera (o para todo propósito práctico, una manzana) aporta el 10% de nuestro requerimento de vitamina C y cobre, aproximadamente el 5% de potasio, manganeso, riboflavina, vitamina B6 y vitamina K.  Y sólo para darte una idea, una naranja aporta más del 80% de vitamina C.

-‘Tons, ¿esos gringos son además de todo mentirosos?

-No, bueno, al menos, no por culpa de las manzanas (o las peras).  Un sola manzana nos aporta la quinta parte de la fibra que necesitamos al día. Así que, por lo menos al proctólogo y al gastroenterólogo lo podemos mantener alejado si nos acercamos a la manzanas. 

-Y bueno a todo esto, ¿quieres una rebanadita de pay de queso para tu café?

-¡Qué pasó doctor! Mejor un strudel de manzana—¿hay de otro?—para celebrar el feliz inicio de este texto de divulgación.
 

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