jueves, 3 de enero de 2013

Responsabilidad consciente

publicado el 3 de enero de 2013, en la columna "Con peras y manzanas" del Diario de Morelos


Una de las grandes aportaciones del pensamiento científico es la capacidad de observar y analizar hechos para entenderlos mejor y aprender de ellos. En lo personal considero que ese es papel fundamental de la comunicación pública de la ciencia, lograr que más personas incorporemos el pensamiento científico en nuestras vidas cotidianas. Cuidar la veracidad de la información que recibimos, incluso cuando lo hacemos de primera mano, es parte fundamental del proceso. Tratar de mantener la objetividad durante el análisis de los hechos, aunque difícil, también es importante para llegar a conclusiones más justas y con el menor sesgo posible. Finalmente, extraer lo relevante de las situaciones que sometimos a observación y análisis es esencial en el proceso, nos transforma mediante el aprendizaje y nos mejora siempre.
Recientemente encontré, en un accidente de tránsito, el ejemplo ideal para explicitar lo que hace unas semanas llamé “responsabilidad consciente”. En un lado, tenemos un cruce peligroso, donde la curva de una de las calles dificulta la visibilidad. Por el otro lado, tenemos el componente humano, un par de automovilistas que estaban a 100 metros de su destino. Por la magnitud de impacto (ambos autos fueron pérdida total), alguno iba a exceso de velocidad (a 50 km/hr no hay manera de que ese encontronazo tuviera tremendas consecuencias). Sin embargo, cuando los peritos de tránsito preguntaron a los conductores su versión de los hechos, lo primero que dijo uno de ellos fue: “yo no me siento responsable”. El otro respondió, “yo me siento moralmente responsable”. Tras revisar la posición de los autos después del choque y las marcas en el pavimento, los peritos y los ajustadores de ambas compañías concluyeron que el segundo conductor era el afectado, y que el culpable del incidente era aquel que no sentía responsabilidad alguna, pues iba en exceso de velocidad, invadiendo carril, de subida e incorporándose a una vialidad preferente. El conductor afectado se sentía responsable porque no vio al auto contrario.
Asumir la consecuencia de nuestros actos, por definición, nos permite tomar mejores decisiones. Cada compra que hacemos, cada opinión que externamos o cada alternativa que elegimos contribuye al México que tenemos. Compremos, opinemos y elijamos más responsablemente. Fortalezcamos la industria nacional, promoviendo la innovación y comprando lo diseñado en México. Reduzcamos los niveles de contaminación, disminuyendo la basura que producimos y transportándonos más limpiamente. Actuemos todos desde la trinchera individual y detonemos la sociedad del conocimiento. Seamos los morelenses que un mejor Morelos se merece.

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